martes, 17 de mayo de 2011

Excavación de Zacuala.


Excavación de Zacuala (1955-1958)
Los trabajos en Zacuala, la zona residencial no contaba con mas que cuatro fragmentos de estructuras: teopancalco, tetila, tepantitla y atetelco. Formados por uno dos patios y algunos aposentos pintados al fresco, esos fragmentos sugerían pequeños santuarios aislados, limitados así mismos.
Después de haber luchado durante largos meses en el caos de las superposiciones, empecé a descubrir, al comienzo de la temporada, lo que parecía, al fin, ser una porción de conjunto estructural.
La tercera temporada de exploraciones fue marcada por la esperanza de conocer la totalidad de lo que creía ya firmemente que era una morada, pero que no acababa de desplegar usos cuartos y sus muros pintados. Ciertas deducciones hacían ver de pronto que un muro determinado podía indicar el termino del despliegue, pero el umbral de una puerta o unas columnas o un espacio son indicios constructivos y que debía ser laboriosamente ligado a los demás, obligan a reanudar la marcha. El edificio ofreció por fin toda su planta  media 60 x 60 metros, con un vestíbulo adjunto al cuadrado perfecto.
El carácter funcional de los edificios
Zacuala
Con su templo único y sus espacios interiores pintados al fresco, Zacuala impuso su carácter residencial desde el fin de la primera temporada de exploraciones, carácter que deberían ratificar después todos los demás rasgos y que Yayahuala y Tetitla subrayaron con la firmeza de sus contrastes.
Contiene cuatro conjuntos distribuidos alrededor de un eje aproximadamente cruciforme echo con las secciones comunes: al norte el gran salón de entrada a los tlaloques, el pórtico en ángulo seguido por un aposento que comunica con el patio central; al sur y al oeste, un pórtico y un cuarto que pertenece al mismo patio; al este, el santuario.
Sabemos que……… los señores tenían todos sus oratorios en sus casas… y Yayahuala y Tetitla describieron que las construcciones de tipo diferente a los palacios están provistas, no de un templo, sino de varios. Por otra parte, la posición de Zacuala, tan perfectamente central que surge como el núcleo que irradian las cuatro alas del edificio, obliga a considerar la estructura como un todo indisoluble. Al mismo tiempo que refuerza esta impresión de unidad orgánica, la falta de espacios de circulación confirma el lugar como morada de un grupo familiar y no de individuos cuya existencia era temporal, como sucedía en los monasterios. Es de notar que la palabra nahuatl calmecac, convento, significa sitió de largos corredores. Ahora bien, los edificios descubiertos han puesto en evidencia que los corredores resultan indispensables para asegurar la comunicación en el interior de una estructura compuesta por compartimentos celulares y de varios patios a los que se llegan sin tener que atravesar los cuartos. Condiciones esenciales para un lugar destinado al retiro y cuyos habitantes se renovaban.
El rasgo que confirma definitivamente a Zacuala es su papel de residencia es, no obstante, al que concierne a su orientación. Los escritos dicen todos que las puerta de los templos miraban al oeste y las de las casas al este. No solo Zacuala esta abierta al este, sino que los otros dos edificios, con si innegable carácter religioso, lo están al oeste. Única en el muro exterior, la entrada del palacio difiere además de su suntuosidad una escalera de once metros de ancho, que lleva a un gran vestíbulo con pileta central, através de una puerta amplia, situada lo suficientemente lejos de los peldaños como para ser precedida por un espacio libre.

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